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La mayoría de las personas asumimos que el dinero que tenemos depositado
en los bancos pertenece al depositante. Esto no es cierto, porque el
depositante presta su dinero al banco, por lo que el dinero se convierte
en propiedad del banco, que simplemente se lo debe al depositante.
Normalmente, el depositante es el mayor acreedor no asegurado. No
obstante, hay tres clases generales de depositantes que debemos
considerar:
- Depósitos garantizados por un gobierno o una
agencia estatal con el fin de proteger los depósitos más pequeños hasta
un límite definido por el propio gobierno.
- Depósitos no garantizados en instituciones no financieras monetarias (no-IFMs).
- Depósitos mayoristas en instituciones financieras monetarias (IFMs).
Las propuestas del BPI promulgadas a través del G20 conceden un
tratamiento diferente a estas clases de depósito en el caso de un
rescate bancario. El gobierno o la agencia estatal tendrán que pagar por
los depósitos garantizados, por lo que es mejor no tocarlos. Los
depósitos mayoristas no están en el punto de mira de la propuesta del
BPI y probablemente no se tocarán excepto en el caso de insolvencia de
un banco muy pequeño, debido al riesgo de contagio a otros bancos e
instituciones financieras. Así, todo el peso del rescate bancario recae
sobre los depósitos no garantizados en instituciones no financieras.
En otras palabras, cualquier depósito a nombre de individuos, empresas,
fondos de inversiones, fondos de pensiones y otros medios de ahorro, así
como cualquier cuenta segregada manejada por abogados empresariales o
brokers que actúan como agentes para sus clientes, que sobrepase la suma
garantizada está en peligro de redada en el caso de insolvencia
bancaria. Cualquier empresa que esté recibiendo pagos en su cuenta
bancaria que excedan el límite garantizado (100.000 euros) también están
bajo riesgo.
Cualquiera que se encuentre en esta situación está cometiendo una
negligencia si asume que sus depósitos están seguros. Cuanto más pequeña
sea la base no garantizada de un depositante en una institución no
financiera en relación a las otras clases de depositantes, mayor será la
quita que sufrirá en el caso de un rescate bancario. Por lo tanto, los
depósitos no garantizados son especialmente vulnerables en bancos
comerciales que viven de los pequeños ahorradores, tales como los bancos
hipotecarios y cajas de ahorros, así como los bancos con una gran parte
de financiación mayorista.
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